Biotecnología roja
Los cultivos biotecnológicos contribuyen a reducir el impacto medioambiental de la agricultura productiva, aumentando así la seguridad alimentaria mundial sin necesidad de aumentar el desmonte de tierras. Los cultivos resistentes a los insectos ofrecen una alternativa a los insumos químicos en algunos cultivos y han permitido desarrollar programas de gestión integrada de plagas más específicos, flexibles, eficaces y sostenibles. Las aplicaciones biotecnológicas en fase de investigación y desarrollo (cultivos resistentes a las enfermedades, a la sequía y al estrés) ofrecen oportunidades adicionales para aumentar la seguridad alimentaria mundial al tiempo que se reduce la huella medioambiental de la agricultura.
La adopción de tecnología GM resistente a los insectos y a los herbicidas ha reducido la pulverización de plaguicidas en 671,4 millones de kg (8,2%) y, en consecuencia, ha disminuido el impacto ambiental asociado al uso de herbicidas e insecticidas en estos cultivos (medido por el indicador Cociente de Impacto Ambiental (CIE)) en un 18,4%. La tecnología también ha facilitado importantes recortes en el uso de combustible y en los cambios de labranza, lo que ha dado lugar a una importante reducción de la liberación de gases de efecto invernadero en la zona de cultivo de los transgénicos. En 2016, esto equivalía a eliminar 16,7 millones de coches de las carreteras.(Brookes y Barfoot, 2018)
Biotecnología industrial
La biotecnología moderna ha ampliado la manipulación y modificación de los recursos biológicos por parte del ser humano con diversos fines. Las nuevas técnicas (muchas de ellas de naturaleza molecular) han permitido el desarrollo y la comercialización de nuevos productos. Por ejemplo, la generación de plantas con rasgos deseables (mayor rendimiento del grano o resistencia a las enfermedades), el uso de bacterias para la producción de proteínas importantes para la salud humana y el despliegue de agentes de control biológico (cepas bacterianas o fúngicas específicas) para controlar la propagación de plagas, como malas hierbas, insectos o enfermedades de las plantas.
La tecnología genética utiliza técnicas moleculares para estudiar y manipular directamente los genes. Entre estas técnicas, la “ingeniería genética” o la “modificación genética” permiten alterar deliberadamente el material genético de un organismo vivo para introducir un nuevo rasgo, o mejorar o eliminar un rasgo existente. Los organismos modificados genéticamente (OMG) se generan modificando genes dentro de una especie, o trasladando genes de una especie a otra. La tecnología genética es diferente de la cría convencional de organismos, ya que permite transferir material genético entre organismos que no son sexualmente compatibles e introducir un rasgo en un organismo que de otro modo no se daría en ese organismo.
Biorremediación
La biotecnología medioambiental es la integración multidisciplinar de las ciencias y la ingeniería con el fin de utilizar el enorme potencial bioquímico de los microorganismos, las plantas y sus partes para la restauración y la preservación del medio ambiente y para el uso sostenible de los recursos.
La biotecnología medioambiental se define como el desarrollo, el uso y la regulación de sistemas biológicos, como células, compartimentos celulares o enzimas, para la recuperación de entornos contaminados (tierra, aire, agua y sedimentos) y para procesos respetuosos con el medio ambiente (tecnologías de fabricación ecológica y desarrollo sostenible).
El papel principal de la biotecnología medioambiental es desarrollar mejores enfoques para el desarrollo sostenible y para entender los procesos en el entorno natural. La fuerza motriz de la biotecnología es la capacidad de los microorganismos de utilizar diversas fuentes de carbono naturales como los contaminantes.
Biotecnología ambiental pdf
La biotecnología agrícola ofrece formas de mitigar y mejorar la adaptación a los cambios medioambientales. Los productos desarrollados con biotecnología agrícola pueden contribuir a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, como los cultivos de cobertura que proporcionan biocombustibles sostenibles, frutas y verduras que se mantienen frescas durante más tiempo y reducen el desperdicio de alimentos. Los investigadores también están desarrollando formas de extraer el exceso de dióxido de carbono de la atmósfera con árboles e incluso con microbios.
Gracias a la biotecnología agrícola, los criadores de plantas y animales pueden desarrollar con mayor rapidez plantas y animales adaptados a condiciones ambientales cambiantes, como la sequía, el aumento de las temperaturas, las nuevas enfermedades y otros factores de estrés.
Por ejemplo, los fitomejoradores utilizan la biotecnología agrícola para desarrollar cultivos tolerantes a la sequía, como el trigo, el arroz, el tomate, la soja y el algodón. El maíz tolerante a la sequía, incluidas algunas variedades desarrolladas con ingeniería genética, ya se cultiva en zonas propensas a la sequía en Estados Unidos. El trigo tolerante a la sequía está aprobado para su uso en Argentina y Brasil.