Nueva tecnología eólica
En varios artículos anteriores he descrito las características generales de los vientos que aprovechan los aerogeneradores, el funcionamiento de estos generadores y los fundamentos científicos de esta fuente de energía. En este texto y en otro posterior voy a abordar brevemente la historia de los orígenes de esta fuente de energía.
La humanidad ha explotado la energía eólica desde que se tiene constancia de ella; de hecho, ya se aprovechaba para propulsar barcos a lo largo del río Nilo en el año 5000 a.C. Hacia el año 200 a.C. se utilizaban sencillos molinos de viento para bombear agua en China, mientras que en Persia y Oriente Medio existían molinos de viento de eje vertical y velas de caña diseñados para moler el grano. En el siglo XI, las nuevas formas de utilizar la energía eólica se extendieron por todo el mundo: los colonos de Oriente Medio utilizaron ampliamente los molinos de viento para moler el grano y producir alimentos, y los mercaderes y cruzados que volvieron de aquellas tierras trajeron esta idea a Europa. Esto permitió a los habitantes de los Países Bajos perfeccionar el molino de viento y adaptarlo para drenar los lagos y pantanos del delta del Rin.
Tecnología eólica
Durante la segunda mitad del siglo XX, a medida que los riesgos y el coste medioambiental de la dependencia de los combustibles fósiles se hacían cada vez más evidentes, surgió el interés por desarrollar fuentes de energía más limpias y renovables. Una de las principales tecnologías de energía limpia ha sido la energía eólica. Hoy en día, más de 83 países1 utilizan la energía eólica, y Dinamarca obtiene el 40% de su electricidad de parques eólicos. ¿Pero quién descubrió la energía eólica?
La historia del uso del viento como fuente de energía por parte de la humanidad es sorprendentemente larga. De hecho, podría clasificarse como una de las fuentes de energía más antiguas de la humanidad. Para rastrear la energía eólica hasta sus últimas raíces, tenemos que retroceder en el tiempo, más allá de los albores de la historia registrada.
Creada por el profesor James Blyth del Anderson’s College de Glasgow (actual Universidad de Strathclyde), esta turbina medía 10 metros de altura y se instaló originalmente en el jardín de la casa de vacaciones de Blyth.
Blyth utilizó la turbina para cargar acumuladores desarrollados por el ingeniero químico Camille Alphonse Faure, para alimentar la iluminación de su casa de vacaciones. De este modo, la pequeña y modesta casa de Blyth fue la primera del mundo en alimentar su electricidad con energía eólica.
El futuro de la energía eólica
La energía eólica se ha utilizado desde que el ser humano puso velas al viento. Desde hace más de dos milenios, las máquinas impulsadas por el viento han molido el grano y bombeado el agua. La energía eólica estaba ampliamente disponible y no se limitaba a las orillas de los arroyos de corriente rápida o, más tarde, a la necesidad de fuentes de combustible. Las bombas de viento drenaban los pólderes de los Países Bajos, y en regiones áridas como el medio oeste americano o el interior de Australia, las bombas de viento proporcionaban agua para el ganado y las máquinas de vapor.
Con el desarrollo de la energía eléctrica, la energía eólica encontró nuevas aplicaciones en la iluminación de edificios alejados de la energía generada centralmente. A lo largo del siglo XX se desarrollaron caminos paralelos, pequeñas plantas eólicas adecuadas para granjas o residencias, y generadores eólicos de mayor tamaño que podían conectarse a las redes eléctricas para el uso remoto de la energía. Hoy en día, los generadores eólicos funcionan en todos los tamaños, desde pequeñas plantas para la carga de baterías en residencias aisladas hasta parques eólicos marinos de casi un gigavatio que suministran electricidad a las redes eléctricas nacionales.
Cómo funciona la energía eólica
Los aerogeneradores pueden parecer una tecnología relativamente nueva, pero existen desde hace mucho más tiempo del que se piensa. Desde sus humildes comienzos, han evolucionado hasta situarse a la vanguardia de la tecnología moderna y ahora se reconocen como un motor clave para garantizar el futuro del desarrollo sostenible.
La energía producida por los aerogeneradores es un recurso renovable y sin emisiones. Tiene un alto valor económico y posee un enorme potencial para el futuro, debido a la cantidad de energía eólica que existe (20 veces más de lo que necesita toda la población humana). La captación de energía eólica es una forma limpia y no contaminante de generar electricidad. A diferencia de otros tipos de generación de energía, no emite contaminantes atmosféricos ni gases de efecto invernadero, y los costes operativos asociados a la energía eólica también son bajos. Las turbinas se sitúan donde el recurso eólico es óptimo, a menudo en lugares remotos. Las turbinas eólicas pueden entonces generar electricidad de forma eficiente, utilizando el viento que impulsa las palas para generar energía, que puede utilizarse in situ o venderse a la red.