Primera central nuclear
Una central nuclear (a veces abreviada como NPP)[1] es una central térmica en la que la fuente de calor es un reactor nuclear. Como es habitual en las centrales térmicas, el calor se utiliza para generar vapor que acciona una turbina de vapor conectada a un generador que produce electricidad. En 2022 [actualización], el Organismo Internacional de Energía Atómica informó de que había 439 reactores nucleares en funcionamiento en 32 países de todo el mundo[2][3].
Las centrales nucleares tienen una huella de carbono comparable a la de las energías renovables, como los parques solares y eólicos,[6][7] y mucho menor que la de los combustibles fósiles, como el gas natural y el lignito. A pesar de algunas catástrofes espectaculares, las centrales nucleares se encuentran entre los modos más seguros de generación de electricidad,[8] comparables a las centrales solares y eólicas[9].
La primera central a gran escala del mundo, Calder Hall, en el Reino Unido, se inauguró el 17 de octubre de 1956[15]. La primera central a gran escala del mundo dedicada exclusivamente a la producción de electricidad -Calder Hall también estaba destinada a producir plutonio-, la central atómica de Shippingport, en Pensilvania (Estados Unidos), se conectó a la red el 18 de diciembre de 1957.
Diferentes tipos de centrales eléctricas
El tipo de combustible primario o flujo de energía primaria que proporciona a una central eléctrica su energía primaria varía. Los combustibles más comunes son el carbón, el gas natural y el uranio (energía nuclear). Un flujo de energía primaria muy utilizado para la generación de electricidad es la hidroelectricidad (agua). Otros flujos que se utilizan para generar electricidad son la eólica, la solar, la geotérmica y la mareomotriz.
Los distintos países obtienen su electricidad de diferentes tipos de centrales eléctricas. Por ejemplo, en Canadá, la mayor parte de la generación de electricidad procede de centrales hidroeléctricas, que representan alrededor del 60% del total de la electricidad generada en el país[5] Consulte la siguiente visualización de datos para explorar cómo obtienen su electricidad los países de todo el mundo.
La mayoría de las centrales térmicas utilizan combustible para calentar el agua de un depósito, lo que genera vapor (normalmente a alta presión). El vapor altamente presurizado se desplaza por las tuberías para hacer girar las palas de una turbina (véase el ciclo Rankine para más información). Cuando la turbina empieza a girar, hace que giren unas bobinas gigantes dentro del generador. Esto crea un movimiento relativo (continuo) entre una bobina de alambre y un imán, que empuja los electrones e inicia el flujo de electricidad[9].
Historia de las centrales nucleares
Una central eléctrica, también denominada central eléctrica y a veces estación generadora o planta de generación, es una instalación industrial para la generación de energía eléctrica. Las centrales eléctricas suelen estar conectadas a una red eléctrica.
Muchas centrales eléctricas contienen uno o más generadores, una máquina giratoria que convierte la energía mecánica en energía eléctrica trifásica. El movimiento relativo entre un campo magnético y un conductor crea una corriente eléctrica.
La fuente de energía aprovechada para hacer girar el generador varía mucho. La mayoría de las centrales eléctricas del mundo queman combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas natural para generar electricidad. Las fuentes de energía limpias incluyen la energía nuclear y un uso cada vez mayor de energías renovables como la solar, la eólica, la de las olas, la geotérmica y la hidroeléctrica.
En 1878, William, Lord Armstrong, diseñó y construyó una central hidroeléctrica en Cragside, Inglaterra. Utilizaba el agua de los lagos de su propiedad para alimentar dinamos Siemens. La electricidad suministraba energía a las luces, la calefacción, producía agua caliente y hacía funcionar un ascensor, así como dispositivos de ahorro de trabajo y edificios de la granja[2].
La mayor central nuclear
El trabajo de mantenimiento de las centrales es continuo y resulta esencial para las operaciones de todas las centrales, tanto para garantizar la seguridad del personal de la central como para mantener todos los activos e infraestructuras en buen estado de funcionamiento.
Si no se aplican los procedimientos de mantenimiento adecuados, los equipos y la maquinaria clave pueden deteriorarse, lo que puede dar lugar a situaciones potencialmente peligrosas en las instalaciones y a la avería prematura de los costosos equipos utilizados en la generación de energía.
El mantenimiento de una central eléctrica es un término general que se refiere no sólo al mantenimiento de los activos y equipos, sino también a las inspecciones rutinarias, la instalación de equipos, los informes periódicos, las integraciones y revisiones de los sistemas y el mantenimiento preventivo programado: todo el trabajo necesario para que la central siga activa y en buen estado de funcionamiento de un día para otro.
En este artículo veremos cómo funcionan las centrales eléctricas, qué implica el mantenimiento de las mismas, cómo encajan las inspecciones en los procedimientos de mantenimiento y, a continuación, echaremos un vistazo a las diferentes formas en que los drones pueden ayudar a mejorar el mantenimiento de las centrales eléctricas.