Importancia de la biomasa
La biomasa es una fuente de energía versátil. La materia orgánica que se utiliza como fuente de energía de biomasa incluye árboles, residuos de madera, astillas de madera, maíz, cáscaras de arroz, cáscaras de cacahuete, caña de azúcar, recortes de hierba, hojas, estiércol, aguas residuales y residuos sólidos municipales.
En las aplicaciones residenciales, la biomasa puede utilizarse para calentar espacios o para cocinar. La madera es la fuente de combustible más común, aunque se utilizan muchos materiales diferentes. Los nuevos diseños de estufas de leña pueden mejorar la eficiencia del sistema de cocción o calefacción, disminuyendo la cantidad de combustible que se necesita.
La industria y las empresas utilizan la biomasa para varios fines, como la calefacción de espacios, el calentamiento del agua y la generación de electricidad. Muchas instalaciones industriales, como las madereras, producen naturalmente residuos orgánicos.
Bioenergía
Existen varios métodos sin combustión para convertir la biomasa en energía. Estos procesos convierten la biomasa bruta en una variedad de combustibles gaseosos, líquidos o sólidos que pueden utilizarse directamente para generar energía. Los hidratos de carbono de la biomasa, compuestos por oxígeno, carbono e hidrógeno, pueden descomponerse en una serie de sustancias químicas, algunas de las cuales son combustibles útiles.
Cuando la materia vegetal se calienta pero no se quema, se descompone en varios gases, líquidos y sólidos. Estos productos pueden ser procesados y refinados para obtener combustibles útiles como el metano y el alcohol. Los gasificadores de biomasa capturan el metano liberado por las plantas y lo queman en una turbina de gas para producir electricidad. Otro enfoque consiste en tomar estos combustibles y hacerlos pasar por pilas de combustible, convirtiendo los combustibles ricos en hidrógeno en electricidad y agua, con pocas o ninguna emisión.
Las bacterias, levaduras y enzimas también descomponen los hidratos de carbono. La fermentación transforma los líquidos de la biomasa en alcohol, un combustible. Un proceso similar se utiliza para convertir el maíz en alcohol de grano o etanol, que se mezcla con gasolina para hacer gasohol. Además, cuando las bacterias descomponen la biomasa, se produce metano y dióxido de carbono. Este metano puede capturarse, por ejemplo, en las plantas de tratamiento de aguas residuales y en los vertederos, y quemarse para obtener calor y energía.
Recursos de biomasa
La biomasa es materia orgánica renovable que proviene de plantas y animales. La biomasa fue la mayor fuente de consumo energético anual de Estados Unidos hasta mediados del siglo XIX. La biomasa sigue siendo un combustible importante en muchos países, especialmente para cocinar y calentar en los países en desarrollo. El uso de combustibles de biomasa para el transporte y la generación de electricidad está aumentando en muchos países desarrollados como medio para evitar las emisiones de dióxido de carbono derivadas del uso de combustibles fósiles. En 2020, la biomasa proporcionó casi 5 cuatrillones de unidades térmicas británicas (Btu) y alrededor del 5% del uso total de energía primaria en Estados Unidos.
La biomasa contiene energía química almacenada procedente del sol. Las plantas producen biomasa mediante la fotosíntesis. La biomasa puede quemarse directamente para obtener calor o convertirse en combustibles líquidos y gaseosos renovables mediante diversos procesos.
La combustión directa es el método más común para convertir la biomasa en energía útil. Toda la biomasa puede quemarse directamente para calentar edificios y agua, para el calor de procesos industriales y para generar electricidad en turbinas de vapor.
El carbón es biomasa
La biomasa es materia orgánica renovable que proviene de plantas y animales. La biomasa fue la mayor fuente de consumo energético anual de Estados Unidos hasta mediados del siglo XIX. La biomasa sigue siendo un combustible importante en muchos países, especialmente para cocinar y calentar en los países en desarrollo. El uso de combustibles de biomasa para el transporte y la generación de electricidad está aumentando en muchos países desarrollados como medio para evitar las emisiones de dióxido de carbono derivadas del uso de combustibles fósiles. En 2020, la biomasa proporcionó casi 5 cuatrillones de unidades térmicas británicas (Btu) y alrededor del 5% del uso total de energía primaria en Estados Unidos.
La biomasa contiene energía química almacenada procedente del sol. Las plantas producen biomasa mediante la fotosíntesis. La biomasa puede quemarse directamente para obtener calor o convertirse en combustibles líquidos y gaseosos renovables mediante diversos procesos.
La combustión directa es el método más común para convertir la biomasa en energía útil. Toda la biomasa puede quemarse directamente para calentar edificios y agua, para el calor de procesos industriales y para generar electricidad en turbinas de vapor.