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ConclusionesConcluimos que la ampliación desde la bioenergía hacia el uso inteligente de la biomasa no aumenta necesariamente la aceptación social de un proyecto. Dicha ampliación aporta oportunidades, pero introduce al mismo tiempo nuevos retos. En comparación con la aceptación social de las innovaciones en materia de energías renovables, la aceptación social del uso inteligente de la biomasa es más confusa, más abierta a patrones recursivos y más dependiente de la confianza entre empresas. Es importante destacar que la aceptación del principio del uso inteligente de la biomasa instiga la cuestión de cómo se puede optimizar el uso de la biomasa, ya sea con o sin fines relacionados con la energía. No obstante, el caso de Park Cuijk demuestra que tomar la bioenergía como punto de partida para el uso inteligente es prometedor en cuanto a la mejora de los niveles de eficiencia energética y económica.Sugerimos que se realicen más estudios de casos comparativos sobre la aceptación social del uso inteligente de la biomasa. Hemos identificado los tipos de bioenergía, el sector que toma la iniciativa, el carácter de campo verde del proyecto y la complejidad del esquema de uso inteligente como variables relevantes para dicha comparación.
Generador de biomasa
La biomasa es un material orgánico renovable que proviene de plantas y animales. La biomasa fue la mayor fuente de consumo energético anual de Estados Unidos hasta mediados del siglo XIX. La biomasa sigue siendo un combustible importante en muchos países, especialmente para cocinar y calentar en los países en desarrollo. El uso de combustibles de biomasa para el transporte y la generación de electricidad está aumentando en muchos países desarrollados como medio para evitar las emisiones de dióxido de carbono derivadas del uso de combustibles fósiles. En 2020, la biomasa proporcionó casi 5 cuatrillones de unidades térmicas británicas (Btu) y alrededor del 5% del uso total de energía primaria en Estados Unidos.
La biomasa contiene energía química almacenada procedente del sol. Las plantas producen biomasa mediante la fotosíntesis. La biomasa puede quemarse directamente para obtener calor o convertirse en combustibles líquidos y gaseosos renovables mediante diversos procesos.
La combustión directa es el método más común para convertir la biomasa en energía útil. Toda la biomasa puede quemarse directamente para calentar edificios y agua, para el calor de procesos industriales y para generar electricidad en turbinas de vapor.
Aplicación de la biomasa pdf
La biomasa es una fuente de energía versátil. La materia orgánica que se utiliza como fuente de energía de biomasa incluye árboles, residuos de madera, astillas de madera, maíz, cáscaras de arroz, cáscaras de cacahuete, caña de azúcar, recortes de hierba, hojas, estiércol, aguas residuales y residuos sólidos municipales.
En las aplicaciones residenciales, la biomasa puede utilizarse para calentar espacios o para cocinar. La madera es la fuente de combustible más común, aunque se utilizan muchos materiales diferentes. Los nuevos diseños de estufas de leña pueden mejorar la eficiencia del sistema de cocción o calefacción, disminuyendo la cantidad de combustible que se necesita.
La industria y las empresas utilizan la biomasa para varios fines, como la calefacción de espacios, el calentamiento del agua y la generación de electricidad. Muchas instalaciones industriales, como las madereras, producen naturalmente residuos orgánicos.
Dónde se utiliza más la energía de la biomasa
La demanda de biomasa en la UE va en aumento. Sólo el uso de la bioenergía ha crecido un 150% desde el año 2000 en respuesta a los incentivos políticos, y los escenarios climáticos prevén un crecimiento adicional masivo. Además, es probable que el uso de biomateriales crezca de forma significativa, y la disponibilidad de un suministro sostenible para satisfacer esta creciente demanda de biomasa no es nada segura. La producción y la extracción de biomasa afectan profundamente a los sistemas naturales, y si bien tenemos que detener el cambio climático, debemos hacer frente a la actual disminución de la biodiversidad. Los mercados internacionales de alimentos, piensos, combustibles y fibras también vinculan el consumo de la UE a la continua deforestación mundial y a otros cambios en el uso del suelo. Por tanto, hay buenas razones para revisar y reevaluar el papel de la biomasa.
Los resultados muestran la necesidad urgente de priorizar el uso futuro de la biomasa, ya que las esperanzas actuales de aumento del uso superan con creces los incrementos sostenibles realistas de la oferta. Con las nuevas prioridades y los rápidos cambios económicos, el futuro del uso de la biomasa parece diferir radicalmente de lo que se imaginaba anteriormente. La biomasa desempeñará un valioso papel en la producción futura de materiales y productos químicos y en algunos aspectos del suministro de energía, pero la biomasa es escasa y valiosa, y no puede utilizarse de forma viable, a escala, en todas las aplicaciones previstas actualmente.