Biocombustibles
La materia vegetal se produce como resultado del proceso de fotosíntesis, que gracias a la energía del sol puede transformar minerales simples en moléculas orgánicas complejas. La biomasa vegetal absorbe CO2 (dióxido de carbono) de la atmósfera durante su crecimiento, y lo devuelve durante la combustión. Por tanto, el balance de CO2 de estos procesos es nulo, por lo que no contribuye al efecto invernadero. Cualquier material que tenga una matriz orgánica, como los residuos municipales, puede definirse como biomasa. Por eso preferimos hablar de “biomasa vegetal”, limitando su origen al mundo vegetal. La energía de la biomasa vegetal se transforma mediante tres procesos, que pueden agruparse en tres grandes grupos:
La conversión termoquímica de la energía de la biomasa vegetal se puede obtener mediante diferentes procesos como la combustión, la pirólisis y la gasificación. La conversión biológica puede obtenerse mediante la fermentación alcohólica y la digestión, mientras que la conversión física mediante el exprimido.
La combustión es el proceso más tradicional para la conversión de la biomasa. Para que sea eficiente, requiere una reducción del contenido de agua de la biomasa, que se obtiene secando los productos al sol. En Italia existen unos 40 grandes sistemas de generación de electricidad a partir de biomasa por combustión -generalmente convirtiendo los residuos de la transformación de la madera- para una potencia eléctrica total de unos 330 MW. Se trata, en efecto, de plantas de cogeneración: la energía final viene dada por el calor y la energía eléctrica. De hecho, una parte del calor producido se utiliza para producir vapor, empleado para alimentar las turbinas conectadas a los generadores eléctricos. La parte del calor restante puede utilizarse para usuarios industriales o residenciales. El rendimiento de estos sistemas es del 20-25%, por lo que es bastante modesto.
Bioenergía y biocombustible
La bioenergía es la energía producida a partir de fuentes renovables y biológicas, como la biomasa. La biomasa es un material vegetal que puede convertirse en combustible (también conocido como biocombustible cuando está hecho de material biológico) para suministrar calor y electricidad.
La bioenergía es una de las mayores fuentes de energía renovable en la actualidad, ya que proporciona calor, electricidad y combustibles para el transporte. Conozca los instrumentos políticos más utilizados por los gobiernos para apoyar la bioenergía.
Los subproductos de los procesos forestales industriales constituyen otra fuente de biomasa para el uso de la bioenergía. Entre estos subproductos se encuentran los residuos de la madera (como el serrín, la corteza y las astillas) procedentes de las operaciones de recolección y molienda, y los residuos de la pasta de papel (como los “licores negros” ricos en lignina) que quedan del proceso de fabricación de la pasta.
Para que la biomasa se destine eficazmente a la producción de energía, debe suministrarse a un coste competitivo y su uso para este fin debe causar un impacto medioambiental mínimo. La calidad de la biomasa también debe ser óptima para la conversión energética y el uso final.
Recursos de biomasa
La biomasa se utiliza para la calefacción de instalaciones, la generación de energía eléctrica y la combinación de calor y electricidad. El término biomasa abarca una gran variedad de materiales, como la madera de diversas fuentes, los residuos agrícolas y los desechos animales y humanos.
La biomasa puede convertirse en energía eléctrica mediante varios métodos. El más común es la combustión directa de materiales de biomasa, como los residuos agrícolas o los materiales leñosos. Otras opciones son la gasificación, la pirólisis y la digestión anaeróbica. La gasificación produce un gas de síntesis con un contenido energético utilizable al calentar la biomasa con menos oxígeno del necesario para una combustión completa. La pirólisis produce bioaceite al calentar rápidamente la biomasa en ausencia de oxígeno. La digestión anaeróbica produce un gas natural renovable cuando la materia orgánica es descompuesta por bacterias en ausencia de oxígeno.
Los distintos métodos funcionan aposta con diferentes tipos de biomasa. Normalmente, la biomasa leñosa, como las astillas, los pellets y el serrín, se quema o se gasifica para generar electricidad. Los residuos de rastrojo de maíz y paja de trigo se empacan para su combustión o se convierten en gas mediante un digestor anaeróbico. Los residuos muy húmedos, como los animales y los humanos, se convierten en un gas de contenido energético medio en un digestor anaeróbico. Además, la mayoría de los demás tipos de biomasa pueden convertirse en bioaceite mediante pirólisis, que puede utilizarse en calderas y hornos.
Definición de biomasa
La biomasa es cualquier materia orgánica -madera, cultivos, algas, desechos animales- que puede utilizarse como fuente de energía. La tecnología energética de la biomasa es la utilización de estas materias para producir energía. La energía química que se almacena en las plantas o en
Toda la materia orgánica contiene energía almacenada procedente del sol. Durante un proceso llamado fotosíntesis, la luz solar proporciona a las plantas la energía que necesitan para convertir el agua y el dióxido de carbono en oxígeno y azúcares. Estos azúcares, llamados carbohidratos,
Al quemar la biomasa se libera la energía en forma de calor, que luego se utiliza para hacer girar un generador y producir electricidad. Con el avance de las tecnologías, existen varias alternativas y procesos de conversión de energía quizás más eficientes,
Por lo general, la madera se quema para producir calor. Pero la quema no es la única forma de utilizar la energía de la biomasa. En la actualidad existen cuatro formas de liberar la energía almacenada en la biomasa: la quema, la descomposición bacteriana, la fermentación y la conversión en gas o combustible líquido.